Historias Mínimas - Hielame

Un par de cervezas, de esas de importación, de las negras, mariconadas las justas, sabores fuertes, los dos mano a mano.

Estoy cansada, muy cansada, ayer fue el estudio, hoy es el fútbol y mañana un viaje, excusas de mal vividor.

Me haces sentir que siempre me equivoco, siempre, que soy la que lo ve todo negro, que mis bajones son una mierda y te joden la vida con lo que te cuento, que tienes mejores cosas que hacer, me miras y lo veo en tus ojos, pero no te quedó claro que seré débil, pero estaré sujetandote cuando más lo necesites, que seré tan idiota de volver.

Eras la persona que más confiaba, pero me fallaste, sé que no te puedo tirarte nada en cara, pero me apartaste y me jodió, enterarse la última es lo que tiene. Y ¿ahora que hacemos?

Vivo del rencor, soy lava en plena calma, estoy bien aleccionada, siempre manteniendo las formas, el control, soy la niña buena, la persona responsable. He perdido el tiempo, lo sabes, lo sé y me arrepiento, y está llegando a su fin, te envidio no sabes cuanto, tu libertad, tus decisiones, tus ganas de vivir sin importarte nada ni nadie.

Y seguimos bebiendo, sigo tragando mis ganas de vomitar tantas ideas, pero sabes muy bien que mi enfado no pasará de mi cabeza, tengo una cadena que me ata, convencionalismo rancios, tengo unas ganas odiosas de gritar, de gritarte que se acabo, que no quiero seguir, que estoy harta, pero tú solo me mirarás y me dirás que adelante, que todo lo quiero está en mi mano, que ese miedo me está hundiendo en la tierra.

Mi pinta se acaba, y empiezo a temblar, lo acuso a mi estado perpetuo de friolera y a mis manos. Necesito algo más fuerte y me dices sino es demasiado pronto para beberme eso.

Y  te contesto que quiero un puto Gintonic, que solo quiero rematar el día con algo decente.


Como dice Cerillita...Bajo los efectos de